HIPOACUSIA: ¿Qué debo hacer si no escucho bien?

¿Qué es la hipoacusia?

La hipoacusia o sordera consiste en la disminución de la sensibilidad o capacidad de audición que afecta a uno (hipoacusia unilateral)  o a los dos oídos (hipoacusia bilateral). 

Este trastorno puede tener lugar por diferentes motivos. Presentarse en diferentes grados y además puede empezar en cualquier etapa de la vida. Es muy común en personas de la tercera edad, pero también puede afectar a personas jóvenes e incluso padecerse desde el nacimiento.

Principales síntomas de la hipoacusia

Los principales síntomas de la hipoacusia están relacionados con la pérdida de la capacidad auditiva como podría ser la dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando o la dificultad para oír en ambientes ruidosos.

Por otro lado, se ha demostrado que existe una estrecha relación entre los acúfenos o tinnitus y la hipoacusia. Por este motivo es esencial acudir tan pronto como sea posible al centro auditivo para asegurar que esos pitidos constantes no se convierten en el origen de la hipoacusia.

De forma resumida, se pueden enumerar los síntomas de la hipoacusia que se pueden detectar en situaciones cotidianas:

  • Sensibilidad extrema al ruido común
  • Aparición de pitidos en el oído o acúfenos
  • Perdida de audición
  • Sensación de mareo o síntomas de vértigo

¿Qué tipos de hipoacusia existen?

  1. Sordera congénita: La sordera congénita es la que se presenta desde el nacimiento y en un tercio de los casos se da por herencia genética.
  1. Hipoacusia conductiva: Este tipo de sordera se da por una alteración en el odio externo, como puede ser una infección en el oído, desorden en el conducto auditivo externo o disgenesia auditiva entre otros factores, que no permiten que las ondas sonoras lleguen al odio externo. La sensación de la hipoacusia conductiva es muy similar a cuando te tapas los oídos con las manos. 
  1. Hipoacusia neurosensorial: La causa de este tipo de sordera normalmente proviene del oído interno. Pueden existir múltiples causas para la hipoacusia neurosensorial, razón por la cual es necesario dividirlos en dos categorías: congénita y adquirida. La hipoacusia neurosensorial congénita es la que se presenta desde el nacimiento, pudiendo ser heredada o por un desarrollo anormal desde la gestación, mientras que la hipoacusia neurosensorial adquirida puede deberse a ciertos traumatismos; a la constante exposición a ruidos fuertes, en especial aquellos por encima de los 90 dB; a la ingesta de medicamentos ototóxicos; al síndrome de Ménière o incluso a una meningitis bacteriana.
  1. Sordera súbita: Cuando se da una pérdida de la audición de manera rápida y sin explicación o antecedente alguno, generalmente en un solo oído, es porque hay una situación llamada pérdida súbita de la audición neurosensorial o “sordera súbita”. Es esencial acudir al centro auditivo, ya que en este caso se está hablando de una emergencia médica, que si no se trata de forma temprana puede ser irreparable.

¿Cómo prevenir la hipoacusia? 

A pesar de que la hipoacusia puede tener antecedentes genéticos, sí que es posible evitar perder capacidad auditiva o que los síntomas empeoren más pronto de lo esperado. 

En primer lugar, es importante intentar evitar la exposición a ruidos fuertes, especialmente los que superen los 85 decibelios, como pueden ser los ruidos de sirenas, de motocicletas o de petardos. En caso de que debamos exponernos a este tipo de ruidos es conveniente proteger los oídos con unos tapones u orejeras.

Además, es esencial hacerse revisiones médicas auditivas que permitan hacer una temprana detección de cualquier posible pérdida auditiva. Si detectas cualquiera de los síntomas mencionados anteriormente, no dudes en ponerte en contacto con el Centro Auditivo Guill y nos  aseguraremos de encontrar la mejor solución para ti. 

¿En qué grados se puede presentar la hipoacusia?

El grado de hipoacusia se determina midiendo la pérdida de capacidad auditiva en decibelios a través de exámenes como la audiometría. En Centro Auditivo Guill te ofrecemos la posibilidad de realizar una audiometría gratis online pinchando aquí. Gracias a este tipo de exámenes también se podrá determinar si la pérdida auditiva es unilateral o bilateral. 

  1. Audición normal: Cuando hacemos referencia a audición normal estamos hablando de personas con una audición completa y sin ningún problema de escucha. Estas personas están en la capacidad de oír sonidos suaves por encima de 20 decibelios.
  1. Hipoacusia leve: En este caso, a la persona se le dificulta entender el habla, en especial en ambientes donde hay mucho ruido o cuando el volumen de la voz es muy bajo. Así mismo, le cuesta escuchar los susurros, siendo la hipoacusia en su mejor oído entre 25 y 39 decibelios.
  1. Hipoacusia moderada: En este caso es muy difícil que una persona entienda el habla cuando el volumen de la voz es normal. Aquí la hipoacusia en su mejor oído se ubica entre 40 y 69 decibelios. En este punto se requiere de audífonos (prótesis auditivas). 
  1. Hipoacusia severa: La hipoacusia en el mejor oído, en este punto, se ubica entre 71 y 90 decibelios. Con hipoacusia severa, una persona requiere prótesis auditivas o un implante coclear, pues no tiene la capacidad de escuchar lo que otra persona le dice, solo es capaz de percibir algunos sonidos fuertes.
  1. Hipoacusia profunda: hipoacusia en su mejor oído de más de 90 decibelios. Aquí, la persona no oye nada de lo que se habla, salvo algunos sonidos muy fuertes que puede percibir, por lo que tiene que recurrir a la lectura de labios y/o lengua de señas, a información visual complementaria o a un implante coclear.

Tratamientos de la hipoacusia

Para tratar la hipoacusia se suele recurrir a los audífonos o a los implantes cocleares. Ambos son soluciones efectivas si se aplican en el caso adecuado, por lo que ambas requieren de un estudio previo por parte de un Centro Auditivo especializado.

Los audífonos o prótesis auditivas constituyen una solución para algunos casos de hipoacusia pues se encargan de mejorar la percepción del sonido. Se ubican en la oreja y no requieren cirugía. Por contra, el implante coclear requiere de una intervención quirúrgica. Este dispositivo envía información al cerebro tras convertir sonidos en señales eléctricas impactando el nervio auditivo.

La principal diferencia entre los audífonos y los implantes cocleares es que los audífonos cumplen la función de ampliar el sonido y no requieren de cirugía, mientras que los implantes cocleares se encargan de estimular directamente el nervio auditivo y sÍ que requieren de intervención quirúrgica.

Además, hoy en día también hay sistemas que combinan los dos tipos de solución: la amplificación acústica y la estimulación eléctrica, como son los implantes electroacústicos. Se convierten en la solución adecuada para personas que, al llevar su prótesis auditiva, tienen que hacer grandes esfuerzos para oír de manera clara.

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